El Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales y todos los Colegios Profesionales de Educadores y Educadoras Sociales, emitimos un comunicado en relación al reciente incremento de las conductas suicidas en adolescentes y del papel de la Educación Social para reducir esta trágica tasa.
COMUNICADO
La noticia del fallecimiento de dos niñas mellizas, en Oviedo (Asturias), el 19 de mayo de 2023, vuelve a consternar a nuestra sociedad, uniéndose al de otra joven en Gijón, hace pocas semanas, y al de las mellizas de Sallent (Barcelona), el pasado mes de febrero.
Estas decisiones dramáticas e irreversibles, en muchas ocasiones, ponen de manifiesto la importancia de incidir, definitivamente, en proporcionar Bienestar Emocional a nuestras niñas, niños y adolescentes para evitar situaciones como las que se están sucediendo.
Sin duda, las conductas suicidas, constituyen un gravísimo problema de Salud Pública que debemos abordar de manera integral, eso significa que no debemos olvidar lo que la OMS nos recordaba en 1948, sobre la definición de Salud (estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades), desamparando a niños y niñas sin ofrecerles el espacio de seguridad y confianza en el que construir, desde la acción socioeducativa, a la persona, para que pueda afrontar los devenires de la vida, que durante la etapa infanto-juvenil, determinan en gran medida la persona adulta en la que nos convertimos.
La Educación Social es una profesión, con formación específica para, de una manera socioeducativa, ayudar a los y a las jóvenes para que el complejo tránsito a la edad adulta se produzca de una manera más natural.
Desde el Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales y todos los Colegios Profesionales de Educadores y Educadoras Sociales que lo componen, estamos a disposición tanto del Gobierno del Estado como de las diferentes Comunidades Autónomas, para construir espacios seguros de convivencia y proporcionar ese bienestar emocional tan necesario, que permita reducir la tasa de suicidios en adolescentes y jóvenes y generar, en los espacios educativos formales, entornos seguros y ante todo, el impulso de acciones que permitan realizar una prevención adecuada, así como la detección de factores de riesgo sociales, familiares o educativos que, desde la Educación Social, puedan contribuir a cimentar una sociedad que cuida de los/las que más lo necesitan.